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Mostrando entradas de junio, 2010

Un pensamiento de Schiller

Hola, corazones. Os voy a confesar que tengo una costumbre, una atracción fatal, casi un vicio irrefrenable, por todo aquello que viene de regalo o a muy bajo precio en revistas y periódicos. Mi casa está llena de bandejitas, platitos, marcos de fotos, servilleteros o manteles individuales de las revistas de decoración; mis fotofóbicos y sensibles ojos se protegen del sol gracias a multitud de gafas que han ido apareciendo en el ABC , El Diario Montañés o incluso en revistas de viajes; mi muñeca se adorna con relojes que me dicen la hora con cajas cada vez más grandes y saetas de todos los colores posibles gracias también al ABC , al diario El Mundo o a la revista Muy Interesante ; mi piel se ha perfumado o hidratado con muestras de colonias o geles de afeitar extrahipermegasuaves gracias a revistas de corazón, hígado, páncreas o zonas pudendas… Podría seguir con productos menos comunes o comprensibles, como perfumadores, insecticidas, velas, pañuelos de papel… La lista sería intermi

Feria del Libro: raindrops falling on my head

Una Feria sin anécdotas es una Feria perdida; una Feria sin lluvia es una quimera. Pues este año hemos tenido un reencuentro con la más pura realidad: si la lluvia visita la Feria todos los años, este concretamente ¡es que casi no se ha ido! Lo del sábado fue para nota. Seguro que más de un librero o más de un vendedor de caseta o "feriante", si se nos puede llamar así, perdió la paciencia mientras veía cómo las cubiertas de sus libros se cuarteaban con la humedad y con el agua que goteaba de los pocos visitantes que lograban asomarse. Nosotros tuvimos suerte: si el primer fin de semana las cámaras se nos metieron en la caseta y nos sacaron en el telediario, en este tuvimos a un equipo de rodaje emocionado con los charcos, los reflejos, las salpicaduras... Y el charco más apetitoso del Paseo, al parecer, estaba justo a mitad de camino de las editoriales San Pablo y MacMillan , que estaban enfrente la una de la otra. Así que allí tuvimos a un montón de modernos hipermegaartís

Las puertas de Ácronos

Hace ya unos meses, me dio mi jefe un original para que le diera mi parecer. Me puse a la tarea, y comencé a leer una historia que, de entrada, me situaba ante una muchacha que se enfrentaba a una nueva vida y a una larga travesía transoceánica en avión. Poco a poco, me fui metiendo en la historia, que se va complicando en la trama y en los diálogos, y que va entrando en situaciones fantásticas que hablan de mundos paralelos, de realidades imaginarias, de personajes nómadas y de una comunidad de habitantes del espacio aéreo. Era una novela francamente interesante, con personajes humanos, muy bien trazados, con los que resulta fácil identificarse (un lector masculino puede, incluso, meterse en la piel de la protagonista sin menor problema). Incluso sin saber nada de ciencia, pues se habla mucho de física cuántica, de aeronáutica, de aviónica y demás, sus planteamientos están tan bien desarrollados, y las explicaciones que ofrece son tan verosímiles, que incluso el más acientífico lector

Un pensamiento de Albert Einstein

Hola, corazones. Cada vez me gusta más ir en autobús, sobre todo en la línea 21. Siempre que llego a Colón dirijo la atención al mismo punto y contemplo –¿cómo diría, con arrobo, extasiado, emocionado, admirado…?– cómo ondea al viento la enorme bandera de España que preside la ciudad desde el centro de la plaza. Qué queréis, yo soy de símbolos, y la bandera es uno de los que más cosas me lleva a la cabeza y al corazón. Pues bien, hoy me he dado cuenta de que la bandera ha sido remendada. Una pieza de tela tan grande expuesta a la intemperie se estropea, y seguramente hace poco el extremo opuesto al asta, de tanta sacudida, había comenzado a tener flecos y jirones. Así que han cosido un remate nuevo. Un remate que también en un símbolo: cuando algo se llena de jirones hay que remendarlo, cuando una bandera se llena de jirones hay que remendarla, cuando un país se llena de jirones… Una reflexión esta de la bandera nacional (por cierto, también se la llama enseña, docente término con el q

Feria del Libro 2010: llegan los frikis

La victoria de Nadal , Rafa Nadal , nos fue comunicada por la misma amistosa voz que nos va radiando cada rato quiénes son los autores firmantes en cada caseta. Y a partir de ese momento, la Feria pareció revivir, pues había entrado en una especie de decadencia (al menos para nosotros) desde un espléndido jueves. Es quizá la única anécdota, salvo el cariño con que nuestros autores pasan el tiempo con sus lectores y con nosotros, que podríamos recibir el nombre de "personal de caseta". No puedo hablar de todos, pues sólo he estado el jueves y el domingo, ambos días por la tarde, debido a que tengo una intensa vida social y sobre todo una intensa vida coral. Pero sí puedo hablar de la amabilidad de Juan Rubio , que tiene una conversación inteligente y llena de actualidad, y también de Violeta Monreal , ese prodigio de ilustradora que con dos trocitos de papel y un rotulador te construye una ciudad, te pinta un hada o te pone bajo la protección de un angelito. O la agradable vis

Marisol y Jaime. Palabras para una boda

Marisol y Jaime se casaron el 5 de junio, sábado. Unos días antes, Marisol me había llamado para pedirme que preparara unas palabras que tendría que pronunciar durante la ceremonia. Yo me quedé sin saber bien que decir, pues por un lado no sabía si agradecerles el haber pensado en mí, salir corriendo en dirección a Tombuctú o guardarles rencor eterno por meterme en semejante brete, y por otro no sabía si sería capaz de decir algo que tuviera interés y expresara, de alguna manera el sentir de todos los presentes. Esto fue lo que escribí. Lo de hoy no es sólo una ceremonia, un mero trámite, un paso más en vuestro compromiso. Porque todas las ceremonias expresan algo, todos los trámites se llevan a cabo con una finalidad y todos los pasos conducen a algún sitio. Y el hecho de que vosotros estéis hoy aquí, dando este paso, y de que lo estéis haciendo delante de todos nosotros, y también delante de muchos otros que no están aquí pero que residen para siempre en vuestro corazón y en vuest

Un pensamiento de William James

Hola, corazones. Antes de comenzar, quiero pediros que guardemos un momento de silencio en memoria de una persona. Ha querido la casualidad que esta mañana, al leer el periódico camino del trabajo, haya encontrado en los obituarios la noticia del fallecimiento de Rue MClanahan , más conocida como Blanche Devereaux , la chica procaz (sensual, dicen en el periódico) de la famosa serie Las chicas de oro . Y como fuera que gracias a ella he aprendido que se puede decir un cierto número de picantonerías sin caer en la grosería soez y sin perder el humor y el buen gusto, no puedo menos que guardarle un sentido y agradecido recuerdo. Además de esto, poco puedo contar cuando mi vida se resume en tres palabras: trabajo, feria y coro. Las tres significan trabajo, las tres me dan satisfacciones y las tres contribuyen a que el cansancio me venza en algún momento del día. Y las tres adquieren o pueden alcanzar estatus de cotidianeidad. Y por ahí va la frase-cita del día: «El hábito es el enorme vol