Hola, corazones. Escribo tarde hoy porque estoy inmerso en un experimento científico. La primera fase de la investigación ha concluido hoy, y su conclusión es la siguiente: «Si por la noche no pones el despertador, este, por mucho que lo desees, no sonará por la mañana a la hora establecida». Comienzo ya con la segunda fase, que consiste en investigar las causas que propician que no ponga el despertador. ¿El cansancio acumulado, fruto de trabajar mucho, dormir poco y correr (andar rápido) por las calles de Madrid? ¿La edad, y su consiguiente pérdida de memoria, acelerada, quizá, por alguna incipiente enfermedad neurológica? ¿Un desplome en el IIIT (í i i te: índice de interés por ir a trabajar), que después de 16 años ha sufrido una vertiginosa caída de varios enteros (del 2 al -1, aproximadamente, en una escala del-10.000 al 10.000)? Cuando tenga conclusiones, si aún recuerdo qué era lo que estaba investigando, os lo contaré. Por cierto, ¿quiénes sois? Con este problema que tengo de d
Nacido para ofercer un Pensamiento para cada semana, con un comentario personal, diferente, quizá original, no renuncio a que vuelva a su ser. De momento, será una colección de textos y vuelcos personales de todo tipo.