Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2012

Más de 60 buenos (y hermosos) momentos...

Maravillosa experiencia esta de participar como autor en la Feria del Libro. Uno se encuentra con muchos amigos y familiares que vienen a darte apoyo y ánimo, a disfrutar con orgullo de ver a alguien a quien quieren protagonizando su particular momento de fama, o a constatar que lo del libro era verdad. Pero tambien conoces y firmas libros a aquella persona que pasaba por ahí, vio el libro y le llamó la atención, o vio la posibilidad de llevarse un libro dedicado y unas gominolas de regalo (un "endulzador de vida" que se me agotó por falta de previsión: "sólo" había llevado 40 bolsitas...). Y uno va haciendo dedicatorias: Etilvia, Mª Jesús, Luis, José, Carlos, Patrocinio, Visitación, Balbina, Clara, Teresa, Ana, Julio, Javier, Beatriz, Catherine, Ángel, Pepa, Rocío... Y lo que más me ha tocado: "Vengo expresamente por este libro por encargo de mi mujer, que se lo ha recomendado una compañera de trabajo", me dice un hombre de aspecto amable. "Traba

Un pensamiento de Gabriel García Márquez y otro de Cicerón

Hola, corazones. Hoy la premura me pide brevedad. Así que me meteré un momento a meteorólogo para anunciar el tema de la frase-cita y haré un escueto comentario posterior. Auguro que entre hoy, 25 de mayo, y el domingo 10 de junio, va a llover al menos un día, seguramente más, al menos en Madrid capital. ¿Por qué digo eso? Porque hoy se inaugura la siempre pluvial Feria del Libro de Madrid . Hace ya muchos años que participo en ella: como cliente, desde mi más tierna infancia; como miembro de un equipo editorial, desde hace ya una mayoría de edad; como vendedor, desde hace ya ¿diez? años… Este año, además, he montado la caseta (ya lo hice una vez, y es una experiencia) y voy a estar en la inauguración (aunque seguramente los Príncipes no se van a enterar de que estoy ahí). Y participo, además, como autor. Mañana, sábado 26, por la mañana, firmo mis Momentos de sabiduría en la caseta 221 . (Que por cierto, está tan al final como el año pasado, lo que significa dos años consecutivos

Un pensamiento de José María Pemán

Hola, corazones. El lunes, cuando aún estaba en Metrosauna camino del Sur para ir a trabajar, me llegó un mensaje al móvil (hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, y es una temeridad, y hasta en los túneles puedes hablar por teléfono, ¡qué promiscua intimidad!). Un mensaje que me anunciaba un feliz acontecimiento natalicio: una preciosidad de niña, que responde al precioso nombre de Carmen , acaba de nacer. El jueves, también en Metrosauna, de vuelta del trabajo, es decir, camino al centro de la ciudad, tuve la ocasión de ceder el asiento a una joven, feliz y flamante madre que llevaba a su bebé a cuestas, envuelto en esa especie de capisayo que se cuelga de los hombros y se ata a la cintura y se convierte en un aparentemente confortable marsupio para el chiquitajo. Un chiquitajo, por cierto, que conservaba aún esa cara de persona mayor que tienen muchos recién nacidos en sus primeros días; y que estaba enormemente despierto, mirándolo todo o al menos meneando la cabeza en

Momentos de sabiduría, en Santander

Una de las estanterías de la prestigiosa librería Estvdio de Santander tiene este aspecto.

Un pensamiento de Alfred de Vigny

Hola, corazones. Ando inmerso en el aprendizaje y adquisición de nuevas acciones y tareas, de nuevos métodos y ritmos, de nuevos procedimientos de actuación, de nuevas prioridades y objetivos. Y eso me tiene por un lado frenético y por otro cansado (y como no existe casi ninguna realidad plana, también me tiene feliz, o al menos contento, y me sigue teniendo aún un poco asustado, aunque eso se va pasando poco a poco, y también me tiene un poco aturullado). Mucha gente se define como perfeccionista, sin serlo en realidad. Yo no sé muy bien si lo soy, pero sí sé que me cuesta mucho, pero mucho, emprender una tarea de la que no tenga si no la completa seguridad sí al menos una alta probabilidad de que lograré un resultado positivo. Eso lo sabe bien quien me conoce, mi familia, por ejemplo, que me vieron un verano protestando y rezongando antes de hacer el descenso de un río (porque nunca antes había tocado un remo y no soy ni especialmente deportista ni fuerte, ni mucho menos aventure

Un pensamiento de William Shakespeare

Hola, corazones. Ayer, jueves, era un día diferente. Llovía, y salía intermitente el sol, como muchos otros jueves de mayo. Hacía fresco, y de vez en cuando pesaba el jersey, como muchos otros jueves de mayo. Pero era un jueves especial. Ayer se conmemoraba algo que muchos consideran una entelequia y otros muchos una bonita barrera que saltarse a la torera. Ayer era el día dedicado a reflexionar y concienciar sobre la necesidad de instaurar, defender y proteger la libertad de prensa. Y ya dice mi biografía (la de aquí abajo, la del blog), que soy periodista, aunque no hago demasiadas funciones relacionadas con el, llamémosle así, periodismo activo. Bueno, en realidad ahora hago alguna cosa más. Digamos que me he convertido, desde hace medio mes, en una especie de asistente de medios, lo que me acerca más al entorno de la comunicación y de la profesión periodística. Así que ayer me tomé una cerveza y brindé por los periodistas muertos, por los periodistas silenciados, por los peri

Momentos de sabiduría

[Reseña de mis Momentos de sabiduría aparecida en Betania.es y firmada por Ángel Gómez Escorial ] Tengo que reconocer que me sorprendió, desde el primer momento, este libro, este librito. Con su formato mínimo al estilo de muchas ediciones del Kempis o de Camino , de san Josemaría Escrivá ... Pequeños párrafos numerados del 1 al 278. No es un libro especialmente religioso. No se trata de un libro para fomentar devociones. Es un tratado para aprender a vivir. Exhalando una madurez y conocimiento del alma humana que, desde luego, llama la atención. Es muy difícil sustraerse a su lectura y aunque uno sospecha que sería mejor paladear o abrir meditación con cada uno de los consejos, pues esto último se pretende dejar para después. Pero no se para. Al final, me leí casi el libro de un tirón, experimentando un total acuerdo con lo que se decía, aunque no lo hubiera meditado. Pensé –y así tendré que hacerlo– que ya habría tiempo para volver hacia atrás. Insisto: los tema