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Mostrando entradas de febrero, 2013

Un pensamiento de Denis Diderot

Carissimi   Continúo dándole vueltas a lo que dije la semana pasada, y algunas noticias de la presente hacen que incida de nuevo sobre la misma cuestión recurrente: « Vivimos en un tiempo en el que todos parecen empeñarse en exigir a los demás un determinado comportamiento que no cumplen para sí mismos ». Y hablé de exigencias y requerimientos que oímos constantemente. «Lo que tiene que hacer JoseBenito Nosecuántinger es pedir perdón», « Marciano Vayaustedasaberquiénsoy debería dimitir si es que aún le queda algún resquicio de moralidad», « El-Federico Miraquienestabaalhabla tendría que callarse antes de hablar de moral ni de nada»…   ¿Noticias nuevas? O las mismas de siempre. Porque llegan unos señores muy enseñoreados mal afeitados y unas señoras muy mal aconsejadas en la selección de los trapos con que adornarse (un notable para Natividad Neumático , suspenso para todas las demás), y comienzan a darse el lujo de hablar de todo sin que venga a cuento, y entonces los que

Un pensamiento de Albert Guinon

Carissimi   Cambio el saludo, después de tanto tiempo con la introducción igartiburesca, para dar paso a los signos de los tiempos. Se impone el latín, carissimi fratres …   Supongo que todo el mundo espera que hable de la noticia de la semana, del mes, quizá del año; noticia que me hizo volver a citar la maravilla literaria de Don Mendo y decir a los cuatro vientos: «Heme quedado de estuco». El papa Benedicto XVI , que además de Su Santidad también es Su Intelectualidad (¿de verdad?, ¡pues yo nunca le he visto en los Goya…!), ha decidido renunciar. Que no dimitir (¿cómo podría?), ni abdicar (¿en quién podría?). Renunciar. Y lo ha hecho después de mucho tiempo de meditación, reflexión y sobre todo oración. Hubiera quedado muy prepotente a los oídos del mundo que lo hubiera dicho como aquella cita de los Hechos de los Apóstoles («El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido no imponeros más cargas de las necesarias», dice, o algo similar, no tengo una Biblia delante), per

Un pensamiento de Frédéric Chopin

Hola, corazones   Parece que últimamente los jueves llego al portátil sin una sola idea en la cabeza con la que enfrentarme a la pantalla en blanco. Y menos mal que aparecen personas que me echan un cable aportándome un tema de conversación. La semana pasada una amiga que reclamaba la defensa del feto humano frente a quienes se procupan más por la protección del embrión de hiena o de la larva de escolopendra me dio pie para escribir y comentar unas frase-citas famosas.    Esta semana la ayuda ha provenido mi cuñada, que ejerce con orgullo de orgullosa tía (más aún de lo que yo presumo de mi ahijado, que es su hijo, y de la bellísima novia de este, que es mi «sobrina-nuera»). Resulta que me ha enseñado un vídeo, una excelente producción, que protagoniza su sobrino, que es deportista de elite y ha participado en juegos olímpicos y campeonatos mundiales de diversas especialidades.    Un vídeo muy bueno, muy bonito, que me ha dado mucho que pensar. A mí, que soy lo menos de

Tres pensamientos: Gandhi, Théophile Gauthier y Juan Pablo II

Hola, corazones No tenía nada especial que contar y de repente leo en el blog de una amiga su llamada de auxilio, su clamor desesperado reclamando la vuelta de la racionalidad, la humanidad, la decencia moral y la congruencia, y denunciando el tremendo desquicie en el que vivimos. Acudo a las fuentes que cita, y me encuentro con que existe una ley que data del año 2007, creo, y que ahora está siendo reformada por el Gobierno para adecuarla a la normativa europea. Una ley que contempla los últimos avances cientificos que reconocen y demuestran que existe sufrimiento real en los seres objeto de la protección de dicha ley. Y me digo a mí mismo que bueno, que si una ley quiere amparar y proteger al ser que sufre, no está todo perdido en el mundo.  Y leo una frase-cita en Proverbia.net , una frase-cita que ya he reproducido alguna vez en las excelsas agendas San Pablo (atención a las de años venideros: sé de buena tinta que le han cedido su confección y dirección a un joven y prometedo