Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de octubre, 2011

Un pensamiento de Confucio

Hola, corazones De natural quejicoso, nos hemos vuelto casi melifluos cuando de las circunstancias climáticas se trata. Las estaciones se comportan como deben y siempre hay alguien que sale diciendo que no recuerda una estación tan virulenta y tan diferente a las anteriores, y hemos llegado al punto de que cada mínima alteración de temperatura se convierte en noticia de primera página y apertura de informativo, amén de amenaza y confirmación de males mayores. Si hace calor en verano, porque hace tanto calor que hasta las chanclas nos pesan, las mismas chanclas que en las estribaciones de febrero ya tenemos fuera del armario con ánimo de enseñar las uñas de los pies al primer rayo de sol, como si fuéramos almendros anhelosos de mostrar su primera flor. Si hace frío, porque hace tanto frío que toda prenda es poca y echamos de menos la bufanda que regalamos porque ya no estaba de moda y el jersey que se nos quedó pequeño cuando pesábamos menos. Si llueve, porque precisamente ese día nos h

Un pensamiento de Mª Ángeles López Romero

Hola, corazones Antes de comentar la frase-cita de hoy, que en realidad ni siquiera va a llevar comentario, sino merecido elogio a su creadora, no puedo menos que dedicarle dos o tres palabras al hilo de la actualidad. Que es un hilo que cose flojo, casi como uin hilván que luego hemos de reforzar con nuestra propia aguja para no perder el vuelo. No sé si me entiendo. Gadafi ha muerto. Contra el refrán que habla de reyes muertos y reyes puestos, y dado que este señor no era rey sino dictador cruel y estrafalario, yo prefiero recomendar a los otros dictadores que en el mundo quedan que vayan poniendo sus barbas a remojar (sus balbas a remohal, como dirían en algunas zonas proclives al lambdacismo). Y a ver si por fin dejamos de hacerle la rosca a los dictadores cuando nos conviene y a condenarlos cuando nos interesa. Que todo se sabe y al final se te ocupa el salón de nacionales cabreados. Unos señores con capucha negra y cerebro a juego han dicho que ya no van a matar más. Es una noti

Un pensamiento de William Shakespeare

Hola, corazones Me dispongo a pasar un fin de semana familiar, muy familiar. No sé si llegaremos a sesenta, pero rondaremos la cifra en cualquier caso, los familiares que nos juntamos hoy, hasta el domingo, en un hotelito (no será tan “ito” si les cabemos) extremeño en el Monfragüe. Es una experiencia muy recomendable, esta de encontrarse en familia polimultinumerosa, ramificada hasta la saciedad (siempre que uso esta expresión de viene a la cabeza el juego de palabras de las tiras de Mafalda entre sociedad, suciedad y zoociedad). Uno aprende a reconocer fácilmente la igualdad en la diferencia y la diferencia en la igualdad. Algunas personas, cuando les cuento estas reuniones, me dicen que es un horroroso plan que nunca podrían hacer, ya que es fácil que en las familias haya alguna rencilla o alguna conversación bruscamente inacabada. Para otras personas, sin embargo («sin en cambio», como he oído decir un par de veces), la experiencia de una polimegarreunión es una gozada, una oportun

Un pensamiento de Henry Moore

Hola, corazones No suelo acordarme de mis sueños, pero esta semana tengo un vago recuerdo que me ha dejado un sabor de boca algo acibarado. Dormía yo plácidamente (algo cuando menos anómalo) y soñaba que estaba ayudando a alguien a arreglar algo (no puedo ser más preciso, tampoco es que tenga ante mí la visualización fílmica del sueño) cuando el despertador comenzó a sonar. Entonces, en ese momento impreciso en el que todavía estás en el sueño pero ya no estás en él, dije al destinatario de mi ayuda: «Mañana te lo arreglo». Y a continuación, sin mirar atrás, me levanté de la cama y me dirigí con celeridad a poner la cafetera. Al principio (mientras desayunaba, me duchaba, me vestía…) me quedé así, tan pancho, pero luego, ya en el autobús, con el periódico en la mano, me dio por pensar en el pobrecillo al que dejé abandonado en mi vida onírica porque mi vida material me estaba reclamando con su estruendoso clamor. Y me llamé de todo, menos bonito. Sólo espero volver a conciliar el sueño