Hola, corazones.
Escribo tarde hoy porque estoy inmerso en un experimento científico. La primera fase de la investigación ha concluido hoy, y su conclusión es la siguiente: «Si por la noche no pones el despertador, este, por mucho que lo desees, no sonará por la mañana a la hora establecida». Comienzo ya con la segunda fase, que consiste en investigar las causas que propician que no ponga el despertador. ¿El cansancio acumulado, fruto de trabajar mucho, dormir poco y correr (andar rápido) por las calles de Madrid? ¿La edad, y su consiguiente pérdida de memoria, acelerada, quizá, por alguna incipiente enfermedad neurológica? ¿Un desplome en el IIIT (í i i te: índice de interés por ir a trabajar), que después de 16 años ha sufrido una vertiginosa caída de varios enteros (del 2 al -1, aproximadamente, en una escala del-10.000 al 10.000)? Cuando tenga conclusiones, si aún recuerdo qué era lo que estaba investigando, os lo contaré. Por cierto, ¿quiénes sois?
Con este problema que tengo de despertador, obviamente no puedo elegir frase-citas, así que coloco directamente el envío de hoy de Proverbia.net:
«Lo pasado, pasado. Hay un futuro para todos los hombres que se arrepienten y que tienen energía» (Edward George Bulwer-Lytton).
Lo pasado, pasado. Aplaudo esta concisión certera, que es a la vez afirmación de la obviedad como intención de futuro (y planteamiento de vida): el refranero español lo traduce por un genial «agua pasada no mueve molino». Y aunque todo puede tener matices y excepciones, y aunque haya quien considere que lo pasado hay que conocerlo y recordarlo para evitar que se repita (vale, de acuerdo, me parece importante también), no es menos cierto que cuando dije tonto lo dije, pero quizá he cambiado de opinión, ha mejorado la impresión que tenía de ti o simplemente seguimos necesitándonos mutuamente y es mejor hacerlo sin que se interponga una insultante barrera como esta. Lo pasado, pasado, como planteamiento general de vida, no me parece errado, vamos.
Porque hay un futuro para todos los hombres que se arrepienten. Hombres y mujeres, huelga decirlo, no vayamos a entrar ahora en quisicosas y melindrosidades. El futuro, según parece, o según dice este señor, que no sé quién es, está en el arrepentimiento. En el arrepentimiento de haber dicho tonto está el que el acusado y el acusador sigan tratándose como antes de que esa palabra fuera dicha. El arrepentimiento, ahora que empezamos a verle las orejas detrás de la esquina a doña Cuaresma (a don Carnal, en los tiempos que corren, se le ve todo a todas horas, el muy exhibicionista impúdico), es el camino del futuro. ¿Sí? Hombre, si te equivocas y no te arrepientes y reparas tu error o enderezas el camino, el futuro seguirá siendo tan feo como el error. En ese sentido, sí, hay futuro en el arrepentimiento.
Pero hay otra parte más en la frase-cita: «…y que tienen energía». Y ahí es cuando le digo yo a don Eduardo Jorge (vaya nombre): Oiga, y los pusilánimes, como un servidor, ¿qué?, ¿no tenemos derecho a tener futuro?, ¿nuestro futuro no tiene visos de mejorar por mucho que ejerzamos el debido arrepentimiento? Hombre, por Dios, un poco de conmiseración para con nosotros, que también estamos en el mundo.
En fin. Sea como fuere, tengamos en cuenta de nuevo la primera afirmación: Lo pasado, pasado. Y a otra cosa, mariposa.
Escribo tarde hoy porque estoy inmerso en un experimento científico. La primera fase de la investigación ha concluido hoy, y su conclusión es la siguiente: «Si por la noche no pones el despertador, este, por mucho que lo desees, no sonará por la mañana a la hora establecida». Comienzo ya con la segunda fase, que consiste en investigar las causas que propician que no ponga el despertador. ¿El cansancio acumulado, fruto de trabajar mucho, dormir poco y correr (andar rápido) por las calles de Madrid? ¿La edad, y su consiguiente pérdida de memoria, acelerada, quizá, por alguna incipiente enfermedad neurológica? ¿Un desplome en el IIIT (í i i te: índice de interés por ir a trabajar), que después de 16 años ha sufrido una vertiginosa caída de varios enteros (del 2 al -1, aproximadamente, en una escala del-10.000 al 10.000)? Cuando tenga conclusiones, si aún recuerdo qué era lo que estaba investigando, os lo contaré. Por cierto, ¿quiénes sois?
Con este problema que tengo de despertador, obviamente no puedo elegir frase-citas, así que coloco directamente el envío de hoy de Proverbia.net:
«Lo pasado, pasado. Hay un futuro para todos los hombres que se arrepienten y que tienen energía» (Edward George Bulwer-Lytton).
Lo pasado, pasado. Aplaudo esta concisión certera, que es a la vez afirmación de la obviedad como intención de futuro (y planteamiento de vida): el refranero español lo traduce por un genial «agua pasada no mueve molino». Y aunque todo puede tener matices y excepciones, y aunque haya quien considere que lo pasado hay que conocerlo y recordarlo para evitar que se repita (vale, de acuerdo, me parece importante también), no es menos cierto que cuando dije tonto lo dije, pero quizá he cambiado de opinión, ha mejorado la impresión que tenía de ti o simplemente seguimos necesitándonos mutuamente y es mejor hacerlo sin que se interponga una insultante barrera como esta. Lo pasado, pasado, como planteamiento general de vida, no me parece errado, vamos.
Porque hay un futuro para todos los hombres que se arrepienten. Hombres y mujeres, huelga decirlo, no vayamos a entrar ahora en quisicosas y melindrosidades. El futuro, según parece, o según dice este señor, que no sé quién es, está en el arrepentimiento. En el arrepentimiento de haber dicho tonto está el que el acusado y el acusador sigan tratándose como antes de que esa palabra fuera dicha. El arrepentimiento, ahora que empezamos a verle las orejas detrás de la esquina a doña Cuaresma (a don Carnal, en los tiempos que corren, se le ve todo a todas horas, el muy exhibicionista impúdico), es el camino del futuro. ¿Sí? Hombre, si te equivocas y no te arrepientes y reparas tu error o enderezas el camino, el futuro seguirá siendo tan feo como el error. En ese sentido, sí, hay futuro en el arrepentimiento.
Pero hay otra parte más en la frase-cita: «…y que tienen energía». Y ahí es cuando le digo yo a don Eduardo Jorge (vaya nombre): Oiga, y los pusilánimes, como un servidor, ¿qué?, ¿no tenemos derecho a tener futuro?, ¿nuestro futuro no tiene visos de mejorar por mucho que ejerzamos el debido arrepentimiento? Hombre, por Dios, un poco de conmiseración para con nosotros, que también estamos en el mundo.
En fin. Sea como fuere, tengamos en cuenta de nuevo la primera afirmación: Lo pasado, pasado. Y a otra cosa, mariposa.
Comentarios
1.- Me dejas sorprendido con la utilización de "hombres y mujeres"
2.- Sigo pensando que hay que aprender del pasado para vivir el presente mirando al futuro.
3.- Por desgracia alguno de nuestros dirigentes se han quedado anclados en el pasado o peor aún pretenden reinventar la historia.
4.- Cambia de vida o de despertador
5.- bubstes (palabra clave) suena a parada de autobus estés dónde estés. No lo pierdas