C3 PO con agujetas...
Me pilló este año la Feria del Libro casi por sorpresa con un lumbago a cuestas y cierta dificultad de movimientos. Y el hecho de cargar y descargar cajas de libros, ubicar cada uno en su correspondiente estantería, pegar carteles, rellenar expositores, distribuir los folletos de propaganda, los marcapáginas y los regalos varios en los espacios más accesibles para el personal, etcétera, me obligaron a hacer mucho ejercicio sometido a las normas de corrección postural: agáchate y levántate con la espalda recta, con los pies bien apoyados y flexionando las rodillas. Al día siguiente, mientras bajaba las escaleras de mi casa para ir a la inauguración de la Feria, entre el lumbago y las agujetas de los muslos tenía menos movilidad que C3 PO...
Pasó la Reina
Pasó la Reina Doña Sofía muy cerca de nosotros: venía el séquito por nuestro lado del Paseo, pero al llegar casi a nuestra altura, frente al Pabellón Infantil, una mujer vestida de rosa, alcaldesa hasta se constituya el nuevo consistorio, dio un quiebro hacia su derecha y se llevó a Su Majestad casi en volandas...Lástima, pues nos consta que no es la primera vez ni la segunda que se detiene a mirar (y a adquirir) alguno de nuestros libros. Y yo que tenía aprendida mi parrafada para regalarle un maravilloso y magnífico libro...
Marxismo infantil
Siempre comentamos entre los vecinos de caseta las incidencias (que si qué mala suerte, que este año nos ha tocado caseta con solanera por la tarde...; que si nosotros estuvimos tres años castigados al final del todo, junto al pino...; que si un año funciona reguar la persiana, otro falla el picaporte y al tercero la cerradura...; que si este año han vuelto a poner cerveza de la mala malísima en las cafeterías del centro del Paseo...). En esas, manifiesto mi contento, al menos, por estar junto al Pabellón Infantil, porque los niños veían los libros y podían adquirirlos sin tener que andar buscándonos por todas partes, y me contesta una vecina: "Sí, a vosotros os viene muy bien, que he visto que tenéis mucho libro para niños, pero nosotros no creas, porque marxismo infantil...".
Grandes autores
Y habrá más, estoy seguro, pero ya el primer día fuimos honrados con la visita de dos magníficos escritores y bellísimas personas: Jesús Ruiz Mantilla, compañero de carrera de los que uno siempre recuerda con agrado, autor, entre otras obras de la excelentísima Ahogada en llamas, novela ambientada en la Santander histórica, del Machichaco al Incendio, y Javier Fonseca, gran amigo, y prolífico autor de literatura infantil, creador de la inigualable y exitosa serie de Clara Secret.
Rumores
Nadie sabe cómo fue, nadie sabe qué pasó, pero a la caseta nos llegó el rumor de que uno de nuestros libros va a protagonizar una noticia en los próximos días. Madre mía, qué nervios, no sé qué será, ni de qué libro se trata, pero el runrún nos tiene locos, nos tiene desbarataos...
Geppeto firmó libros en la caseta
A las pruebas me remito: con esa frente de cuatro carriles por sentido, con esas antiparras sobre la punta de la nariz, sosteniendo con una mano una delicada miniatura y con la otra un objeto punzante, y sobre todo con la atención de la mejor colección de niñas pequeñas que he visto en muchos años, más que servidor dedicando un libro parezco el mismísimo Geppetto retocando una fina pieza de su queridísimo hijo Pinocho. Seguramente, el anciano carpintero de Collodi no tenía muchos más lustros que yo cuando fue pensado por su creador...
Siempre quedan samaritanos
Cuando el calor sofoca y los abanicos no alcanzan a dar aire suficiente para que no desfallezcamos en el interior del microondas que puede llegar a convertirse una caseta al sol, llegó la mejor sorpresa del día. Un amable caballero, viéndonos, nos dio conversación y se despidió amigablemente de nosotros... para aparecer, dos minutos después, con dos magníficas botellas de agua fría para mi compañera y para mí. No se nos ha borrado aún la sonrisa de gratitud. Quedan muchos samaritanos, muchas personas amables, generosas y sensibles.
¿Tenéis más de estos?
Yo, sentado en mi banqueta, bajo un cartel con mi nombre y mi foto indicando "hoy firma...", con un tablero preparado para firmar libros a quien me lo solicite y un sector del mostrador sobreabundando de ejemplares de mis libros. Frente a mí, un hombre joven toma un ejemplar de Momentos de sabiduría en sus manos, lo hojea, lee algunos párrafos sueltos, vuelve el libro para leer la contraportada, vuelve a abrirlo para leer otro par de párrafos al azar, lo deja, toma un ejemplar de Momentos twitter y repite la misma operación, vuelve otra vez sobre Momentos de sabiduría y tras otro par de párrafos leídos, finalmente me mira y me pregunta: "¿Tenéis más libritos de pensamientos de este tipo?". "Escritos por mí, no, pero al otro lado de la caseta tienes un expositor negro con todos los libros de la colección". No fue mi intención sonar más que informativo, pero quizá el tono de mi respuesta fue más impertinente a sus oídos, porque el hombre desapareció inmediatamente entre la multitud. Si alguna vez llegas a leer esto y te reconoces como el protagonista de esta anécdota, acepta, por favor, mis más sinceras disculpas. Repito que no fue mi intención parecer impaciente, antipático o engreído.
¡Scouts!
Un grupo de scouts sale del Pabellón Infantil y se acerca en tropel hacia la caseta. De repente, una de las niñas, la más alta, grita mi nombre y echa a correr hacia mí: mi sobrina Mónica. Con ella, todos sus amigos del grupo scout. Sus monitores, detrás, casi no se pispan de qué está pasando. Uno de los chavales me pregunta incrédulo si de verdad soy familiar de Mónica, otro me señala un libro, Te cuento mi cuento, Premio La Brújula, y me dice: "Este libro lo han escrito dos niñas de mi colegio". "Pues la semana que viene van a venir a firmar", le digo, "vente a verlas". "Vale". Al cabo de un rato se van, felices y contentos, cargados de marcapáginas, regalos promocionales y caramelos.
Y me pudo el lumbago
Ese lumbago que había comenzado a amenazarme antes de que comenzara la Feria, ese lumbago que me tuvo en reposo, concentrado para poder participar en el mayor evento librero de España, me venció. El último fin de semana no pude hacer otra cosa que pedir a mis compañeros que me sustituyeran mientras yo me quedaba en casa, quietecito, sin moverme, sobreinflado de analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares. Flipando...
Y aun así, Momentos twitter se colocó en el cuarto puesto de la lista de los libros más vendidos en la caseta de San Pablo, seguido ¡tachán! de Momentos de sabiduría, en el quinto puesto. Lo que, aunque este año no hemos hecho lista de autores con más ejemplares vendidos, me sitúa sin duda en un buen puesto. Anda, que llego a estar ese fin de semana en la caseta, y ¡arraso!
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