Por aquellos días salió un decreto de César Augusto para que se empadronara todo el mundo... Todos iban a empadronarse, cada uno a su ciudad. También José, por ser descendiente de David, fue desde la ciudad de Nazaret de Galilea a la ciudad de David, que se llama Belén, para empadronarse con María, su mujer, que estaba encinta...
Mientras estaban allí se cumplió el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre, porque no encontraron sitio en la posada...
El ángel dijo a los pastores: "No tengáis miedo, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo. En la ciudad de David os ha nacido un salvador, el mesías, el Señor. Esto os servirá de señal: Encontraréis un niño envuelto en pañales acostado en un pesebre"...
Y enseguida se unió al ángel una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios diciendo: "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que él ama".
Id y contad lo que habéis visto y oído.
Una cascada de oraciones de todo origen acoge el nacimiento del Niño Dios en Belén y en el corazón de todas las gentes de buena voluntad. Cada una de las cuentas de este rosario navideño lleva una plegaria por ti, por tu familia, por el mundo entero.
Feliz Navidad
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