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Momento 274

Hola, corazones Hoy es el tercer día en que no puedo comprar el periódico por la mañana para leerlo en el Metrosauna camino del trabajo. ¿La razón? Mi quiosquero se ha ido de vacaciones, y es el único en una amplia zona que abre tan pronto como para que pueda comprarlo. Cuando lo he comentado, me han llamado quejica, me han dicho que soy un derrochador, por el «dineral» que supone de comprar un periódico cada día, y me han recomendado que lea el periódico en internet. Sí, soy quejica, pero no considero gasto, sino inversión, la compra del periódico, además de gesto solidario y corporativo (los periodistas comemos todos los días), y procuro dedicar mi tiempo en la oficina a trabajar, no a leer la prensa en internet. Lo cierto es que me gusta leer el periódico por la mañana, sonreírme con la viñeta, asentir –o renegar– con la columna de opinión, maldecir para mis adentros a los políticos de turno, lamentar desgracias y calamidades, solidarizarme con sus sufridos pr...

Un pensamiento de Samuel Smiles

Hola, corazones Cuando hace calor aumenta el consumo de gazpacho. Al menos hay un producto que aumenta su consumo estos días aciagos en los que nada se compra ni se vende, en los que lo único que se consume son los ahorros. Ni siquiera el sudor, que el cuerpo es factoría inteligente y pertinaz y produce sin cesar ese líquido y oloroso elemento, máxime cuando vivimos rodeados de cuarenta incluso dentro de casa. Cuando hace tanto calor, las neuronas se derriten y uno es capaz de mezclar sin ton ni son el gazpacho, la economía y el sudor en un mismo párrafo. El calor (qué vergüenza no ser capaz de citar otra cosa que un verso propio) aplasta cuerpos y mentes, anula cerebros, reseca gargantas. Así me siento. No puedo seguir, así que mejor presento ya la fase-cita de hoy, tomada de la Agenda San Pablo 2012 (ya he visto la del 2013): «La vida tiene su lado sombrío y su lado brillante; de nosotros depende elegir el que más nos plazca» (Samuel Smiles). Imagino que, como todas, esta fr...

Un pensamiento de Ernest Hemingway (y otro de Maksim Gorki)

Hola, corazones En el espíritu de contradicción que me caracteriza, y siguiendo mi estela quejica, que sé que a alguna amiga mía le hace mucha gracia y así se ríe un poco los viernes por la mañana, tengo que hablar del aire acondicionado. No puedo vivir sin él, pero algunas de sus consecuencias son un pelín fastidiosas. Es llamativo que sea precisamente esta época del año la que más dolores de tipo muscular tenga (no es que yo tenga, ciertamente, mucho músculo, pero en fin…): si no es la espalda, como los últimos años (el aire caía desde atrás, y yo me emperraba en tener el despacho fresquito para disgusto de mi compañera, que andaba siempre con rebecas y pañuelos), son los hombros (modalidad de este año, pues el aire me viene desde arriba en mi nuevo despacho y de frente en mi casa). En el fondo esos dolores me son, si no indiferentes, sí bastante llevaderos, máxime cuando son voluntariamente asumidos. Vamos, que mi queja no tal, sino simplemente un acto de generosidad para con todo...

Nuevo vídeo promocional de los Teatros del Canal

Un pensamiento de Benjamin Franklin

Hola, corazones He recibido en los últimos días algunos elogios muy agradables, de esos que siempre se recuerdan y se inscriben en la memoria. De esos, también, que tienen el peligro de enquistarse en el corazón y convertirse en motivo de egolatría, soberbia y, como consecuencia de esta, de repulsa ajena. Por eso es bueno recibir también algún que otro insultillo, agravio, comentario más o menos certero, más o menos desafortunado, más o menos crítico, ya sea bien o malintencionado (seguramente bienintencionado, no seamos malos). Por eso es bueno, también, mantener el sentido del humor y saber reírse de uno mismo. Recuerdo que hace muchos años un hombre, periodista, responsable de informativos de una emisora regional bastante importante, con quien coincidí en un curso, dijo de mí una de las cosas más bonitas que me han dicho nunca. Resulta que el caballero en cuestión había coincidido en la cola de la matrícula de la universidad con dos amigas mías, que iban a asistir esa misma sema...

Degustando la sabiduría

Con este título, «Degustando la sabiduría», acaba de aparecer un comentario de mis Momentos de sabiduría , firmado por la periodista Victoria Luque , en la revista Cooperador Paulino . La reproduzco a continuación: De tamaño pequeño y muy manejable, nuestro colaborador Álvaro Santos acaba de publicar esta obra que dará muy buenos momentos a todo aquel que la lea. Se trata de 278 pensamientos que nos ayudarán a pasar por la vida con alegría, coherencia y paz de espíritu. El libro engancha, porque tras leer alguno de sus consejos, surge la convicción de que lo leído es cierto, responde a una verdad, e inmediatamente sugre el deseo de leer el siguiente pensamiento. Auguramos una muy buena acogida para este librito de bolsillo que se hará compañero inseparable de todo aquel que desee crecer como persona. Victoria Luque Cooperador Paulino 162 (julio-septiembre de 2012) 40.

La camiseta del verano

Modelo "Momentos de sabiduría". Momento Promoción. Momento Ida de Olla. Momento Tás Loco. Momento Jajajajaja. Mis mejores momentos.

Momentos de sabiduría

Reproduzco a continuación el comentario de Txema Pascual a mis Momentos de sabiduría en su página web  «Recursos Pastorales».  278 consejos que pretenden ayudar al lector a cargarse de sabiduria para caminar hacia la plenitud de la vida. Al final de libro hay un indice que acoge las fuentes de inspiradoras del libro. Y tambien un indice tematico. Es un libro útil porque es muy manejable y transportable y se puede leer a lo largo del día, en el metro, en el autobús, en una visita, en un descanso del trabajo. El autor es un periodista que quiere rendir un homenaje a un libro que le hizo mucho bien. El libro es Plenitud de Amado Nervo . El prólogo es del autor, quien escribe con la humildad del Bautista no ser digno de desatar las sandalias y la sencillez del servicio.  

Un pensamiento de Henrik Ibsen

Hola, corazones Una llamada telefónica ha interrumpido el momento en que estaba decidiendo qué contar esta semana y se me ha ido el santo al cielo. Al descolgar, una voz grabada me avisaba de que había recibido un mensaje y que debía pulsar una tecla (cualquiera) para escucharla. Inmediatamente, se me informa, también con voz en off, de que he sido adscrito a un nuevo servicio telefónico, y la llamada se cuelga antes de que pueda reaccionar. En mi compañía telefónica, a la que llamé a continuación, me juran y perjuran con perfecto acento de Cali que ese mensaje no procedía de ellos, sino que seguramente era una llamada fraudulenta de una compañía de la competencia. Pero que no me preocupara, que mi compañía no estaba por la labor de dejarme ir como cliente. No sé bien qué pensar, aparte de que mi compañía ha trasladado su sede a otro país y yo soy un cliente muy bueno (eso seguro, porque para dos llamadas que hago al trimestre, y una de ellas siempre es a la compañía para reclamar al...

Un pensamiento de Mark Twain

Hola, corazones. ¿Qué decir cuando no se tiene nada especial que decir? Quizá sea mejor callarse, ¿verdad? En esta última semana nada extraodinario me ha pasado. Eso pienso, y por eso lo valoro poco, porque prescindo de hablar de ello, porque es tan común que a nadie va a llamar la atención. Pero en realidad tengo tanto que valorar: He tenido en el trabajo momentos buenos y momentos malos, asuntos que han tenido un desarrollo positivo y otros que me han servido para comprobar mis fallos. ¿Nada extraordinario? Tengo trabajo, lo conservo, tengo la ocasión de disfrutarlo, de saborear lo bien hecho, de aprender de mis errores y de corregirlos, de escuchar a mis compañeros y a mis jefes... Incluso ha habido días en que me he podido reír, abierta, sanamente, en la oficina... He tenido la posibilidad de salir a tomar unas cervezas con mis amigos, de comer fuera de casa el sábado, de pasear un rato por el Retiro, de hablar y saludar a gente muy interesante. Y me he reído, he tenido l...

Un pensamiento de Jean Cocteau

Hola, corazones. El otro día comentaba con una amiga, que fue quien me lo hizo notar, lo incómodos que son los pavimentos especiales para que las personas invidentes detecten cuándo se están aproximando a esquinas, cruces y pasos de cebra. Una idea que es excelente, y absolutamente necesaria, pero que se está convirtiendo, cada día, en una tortura mayor para mí. Resulta que el pavimento en cuestión está formado por unos topos, abultamientos cilíndricos, que se clavan de forma casi lacerante en la planta del pie, sobre todo cuando llevas suelas blandas. Confieso que cuando mi amiga comenzó a hablarme mal de ese suelo, yo pensaba que era una exagerada, pero me he debido de volver más delicado con la edad (o es que ahora peso más y claro, se me clavan más), y cada vez los aguanto menos. Me pregunto yo si no habría alguna manera para que las personas que lo necesitan puedan percibir dónde pisan sin necesidad de destrozarse los pies (porque a ellos también se les clavarán los «pivotitos»,...

Un pensamiento de Gandhi

Hola, corazones. Si hace poco hablaba de lo embobado que me puede llegar a dejer la visión de una embarazada o la de una madre (o un padre) con su bebé, esta semana tengo que irme al otro extremo de la cuerda y hablar de lo paralizado que me deja encontrarme con la muerte. Efectivamente, he tenido esta semana noticia del fallecimiento de dos personas, familiares ambos de gente muy cercana: un amigo de los de toda la vida de Dios, de esos que sabes que lo son incluso cuando casi no los ves, ha perdido a un hermano, y no soy capaz de imaginar ni quiero cómo deba ser eso; y un compañero y amigo, complemento perfecto cuando actuamos juntos, a su madre, y tampoco quiero imaginar ni describir nada. No digo más. Con fe o sin fe, sabiéndolo desde hace mucho tiempo o encontrándola de sopetón, la muerte siempre llega a contrapelo. Como dice otra amiga, dando título a un magnífico libro, Morir nos sienta fatal . Pocas cosas han tan ciertas. Por todo esto esta semana la frase-cita tiene tambié...

Más de 60 buenos (y hermosos) momentos...

Maravillosa experiencia esta de participar como autor en la Feria del Libro. Uno se encuentra con muchos amigos y familiares que vienen a darte apoyo y ánimo, a disfrutar con orgullo de ver a alguien a quien quieren protagonizando su particular momento de fama, o a constatar que lo del libro era verdad. Pero tambien conoces y firmas libros a aquella persona que pasaba por ahí, vio el libro y le llamó la atención, o vio la posibilidad de llevarse un libro dedicado y unas gominolas de regalo (un "endulzador de vida" que se me agotó por falta de previsión: "sólo" había llevado 40 bolsitas...). Y uno va haciendo dedicatorias: Etilvia, Mª Jesús, Luis, José, Carlos, Patrocinio, Visitación, Balbina, Clara, Teresa, Ana, Julio, Javier, Beatriz, Catherine, Ángel, Pepa, Rocío... Y lo que más me ha tocado: "Vengo expresamente por este libro por encargo de mi mujer, que se lo ha recomendado una compañera de trabajo", me dice un hombre de aspecto amable. "Traba...

Un pensamiento de Gabriel García Márquez y otro de Cicerón

Hola, corazones. Hoy la premura me pide brevedad. Así que me meteré un momento a meteorólogo para anunciar el tema de la frase-cita y haré un escueto comentario posterior. Auguro que entre hoy, 25 de mayo, y el domingo 10 de junio, va a llover al menos un día, seguramente más, al menos en Madrid capital. ¿Por qué digo eso? Porque hoy se inaugura la siempre pluvial Feria del Libro de Madrid . Hace ya muchos años que participo en ella: como cliente, desde mi más tierna infancia; como miembro de un equipo editorial, desde hace ya una mayoría de edad; como vendedor, desde hace ya ¿diez? años… Este año, además, he montado la caseta (ya lo hice una vez, y es una experiencia) y voy a estar en la inauguración (aunque seguramente los Príncipes no se van a enterar de que estoy ahí). Y participo, además, como autor. Mañana, sábado 26, por la mañana, firmo mis Momentos de sabiduría en la caseta 221 . (Que por cierto, está tan al final como el año pasado, lo que significa dos años consecutivos ...

Un pensamiento de José María Pemán

Hola, corazones. El lunes, cuando aún estaba en Metrosauna camino del Sur para ir a trabajar, me llegó un mensaje al móvil (hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad, y es una temeridad, y hasta en los túneles puedes hablar por teléfono, ¡qué promiscua intimidad!). Un mensaje que me anunciaba un feliz acontecimiento natalicio: una preciosidad de niña, que responde al precioso nombre de Carmen , acaba de nacer. El jueves, también en Metrosauna, de vuelta del trabajo, es decir, camino al centro de la ciudad, tuve la ocasión de ceder el asiento a una joven, feliz y flamante madre que llevaba a su bebé a cuestas, envuelto en esa especie de capisayo que se cuelga de los hombros y se ata a la cintura y se convierte en un aparentemente confortable marsupio para el chiquitajo. Un chiquitajo, por cierto, que conservaba aún esa cara de persona mayor que tienen muchos recién nacidos en sus primeros días; y que estaba enormemente despierto, mirándolo todo o al menos meneando la cabeza en ...

Momentos de sabiduría, en Santander

Una de las estanterías de la prestigiosa librería Estvdio de Santander tiene este aspecto.

Un pensamiento de Alfred de Vigny

Hola, corazones. Ando inmerso en el aprendizaje y adquisición de nuevas acciones y tareas, de nuevos métodos y ritmos, de nuevos procedimientos de actuación, de nuevas prioridades y objetivos. Y eso me tiene por un lado frenético y por otro cansado (y como no existe casi ninguna realidad plana, también me tiene feliz, o al menos contento, y me sigue teniendo aún un poco asustado, aunque eso se va pasando poco a poco, y también me tiene un poco aturullado). Mucha gente se define como perfeccionista, sin serlo en realidad. Yo no sé muy bien si lo soy, pero sí sé que me cuesta mucho, pero mucho, emprender una tarea de la que no tenga si no la completa seguridad sí al menos una alta probabilidad de que lograré un resultado positivo. Eso lo sabe bien quien me conoce, mi familia, por ejemplo, que me vieron un verano protestando y rezongando antes de hacer el descenso de un río (porque nunca antes había tocado un remo y no soy ni especialmente deportista ni fuerte, ni mucho menos aventure...

Un pensamiento de William Shakespeare

Hola, corazones. Ayer, jueves, era un día diferente. Llovía, y salía intermitente el sol, como muchos otros jueves de mayo. Hacía fresco, y de vez en cuando pesaba el jersey, como muchos otros jueves de mayo. Pero era un jueves especial. Ayer se conmemoraba algo que muchos consideran una entelequia y otros muchos una bonita barrera que saltarse a la torera. Ayer era el día dedicado a reflexionar y concienciar sobre la necesidad de instaurar, defender y proteger la libertad de prensa. Y ya dice mi biografía (la de aquí abajo, la del blog), que soy periodista, aunque no hago demasiadas funciones relacionadas con el, llamémosle así, periodismo activo. Bueno, en realidad ahora hago alguna cosa más. Digamos que me he convertido, desde hace medio mes, en una especie de asistente de medios, lo que me acerca más al entorno de la comunicación y de la profesión periodística. Así que ayer me tomé una cerveza y brindé por los periodistas muertos, por los periodistas silenciados, por los peri...

Momentos de sabiduría

[Reseña de mis Momentos de sabiduría aparecida en Betania.es y firmada por Ángel Gómez Escorial ] Tengo que reconocer que me sorprendió, desde el primer momento, este libro, este librito. Con su formato mínimo al estilo de muchas ediciones del Kempis o de Camino , de san Josemaría Escrivá ... Pequeños párrafos numerados del 1 al 278. No es un libro especialmente religioso. No se trata de un libro para fomentar devociones. Es un tratado para aprender a vivir. Exhalando una madurez y conocimiento del alma humana que, desde luego, llama la atención. Es muy difícil sustraerse a su lectura y aunque uno sospecha que sería mejor paladear o abrir meditación con cada uno de los consejos, pues esto último se pretende dejar para después. Pero no se para. Al final, me leí casi el libro de un tirón, experimentando un total acuerdo con lo que se decía, aunque no lo hubiera meditado. Pensé –y así tendré que hacerlo– que ya habría tiempo para volver hacia atrás. Insisto: los tema...

Un pensamiento de Gregorio Marañón

Hola, corazones. Uno de mis personajes favoritos de los dibujos animados ha sido siempre Gorm , un simpático y alegre guerrero vikingo de la serie de dibujos animados Vickie el Vikingo , ese creativo e imaginativo niño que necesitaba rascarse la nariz metódicamente para discurrir la solución a todos los males, muchos de los cuales procedían de los errores de su padre, el jefe Halvar de Flake (mi gran tocayo). Me he acordado hoy de él, pero no (aunque también) porque acaben de solucionarse todos los errores provocados por mi parte Halvar gracias a la inteligente intervención de mi parte Vickie . El simpático Gorm tenía dos frases. Una decía «Estoy entusiasma-do» cada poco; la otra la repetía incansable cada vez que tropezaba y caía al suelo (varias veces en cada capítulo): «¡Qué caída más ton-ta». Pero a continuación se levantaba y seguía corriendo hacia delante, fijos los ojos en su objetivo. Eso es lo que me ha gustado siempre de él. ¿Qué tendrá todo esto que ver ...