Otra semana sin mucho
tiempo para contar nada. Y otra semana en la que quiero hablar de periodismo.
Porque en la misma semana he sido testigo de las fiestas de aniversario de dos
medios de comunicación. Si eso (no el que yo acuda, sino la fiesta en sí misma)
ya es de por sí todo un acontecimiento, pues estamos asistiendo a más cierres o
funerales de medios que a alumbramientos o cumpleaños, más lo es que sean dos
medios de información especializada religiosa. Son concretamente dos revistas: Mundo Cristiano, que cumple cincuenta
años, la revista 21, que nació como Reinado Social, que cumple ¡95! Dos
redacciones jóvenes: los redactores jefes de ambas revistas son más jóvenes que
yo, que no alcanzo la edad de la primera de las revistas. Dos revistas muy
distintas, ambas con mucha calidad. Y ambas de fiesta en la misma semana, que
me van a dejar baldado (pero feliz) con tanto evento extraordinario.
Evento extraordinario que
me lleva a reflexionar hoy sobre una frase-cita:
«Al
final, lo que importa no son los años de vida, sino la vida de los años» (Abraham
Lincoln).
Reflexión
poca, la verdad, no hay tiempo que perder entre trabajo y trabajo, entre fiesta
y fiesta, entre desplazamiento en Metrosauna
y desplazamiento en vehículo EMTico
(que suena a emético…).
Porque
esta frase de don Abrahán, que es un
clásico en el amplio inframundo de las frasecitas célebres robadas de internet
y colgadas en facebooks y similares con una foto entre ñoña y cursi y una
salpicadura de faltas de ortografía, es bastante certera. Finalmente no importa
que hayas vivido cincuenta o noventa y cinco años, no importa que cumplas más o
menos, ni siquiera importa cómo cumplas los años (ahí no estoy del todo de
acuerdo: quiero cumplir los años consciente y, si Dios lo permite, sano). Pe lo
que más importa que esos años que vives, que has vivido, hayan sido años
coherentes, años plenos, años consecuentes, años con contenido, y contenido
adecuado…
Y da
igual que te hayas dedicado a defender, fomentar y propagar el mundo cristiano
o el cristianismo en el mundo, o a defender, fomentar y propagar el reinado de
Cristo y el compromiso con el más desfavorecido. Que total, en cualquier caso es buscar un mundo mejor. Lo importante es que tu edad,
la que celebras hoy, esta semana, es una edad de plenitud porque el contenido
de los años cumplidos lo es. A la hemeroteca remito.
Pero,
claro, me diréis, yo no soy una revista cristiana. Pues da igual, majete, es lo
mismo, guapetona. Tus años de vida, tus hermosos plenos años son hermosos y
plenos porque los has llenado con tu familia, con tus amigos, con tu trabajo,
con tu compromiso, con tu curiosidad, con tu inteligencia, con tu mirada
atenta, con… Contigo misma.
Vuestra
edad será plena independientemente de las arrugas, del primer achaque, de la
pata de gallo o del michelín. Vuestra edad es plena (y ojalá pueda decir
alguien lo mismo de la mía) porque la has llenado de contenido, del contenido
que importa, que no está compuesto sólo por leyes físicas, datos, palabras,
números, sino sobre todo por sensaciones, recuerdos, sentimientos, actitudes,
comportamientos, compromisos, entregas…
Felicidades.
A las revistas. A todos los que cumplís años o habéis cumplido años en estos
días. A todos los que veis el paso del tiempo como una oportunidad de ampliar
bagaje y no como una pérdida de vistosidad del contenedor de dicho bagaje.
Besos.
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