Buenos días, amigos y familiares de amigos.
Hoy venía pensando que no sabía qué deciros, pues ni siquiera me ha pasado esta semana nada relevante digno de mención. Lo único que me ha llamado la atención en toda la semana es la cantidad de gente que los viernes por la mañana temprano, cuando yo salgo de casa en dirección al cráter de metro-sauna en la Glorieta de Bilbao, está desayunando en la calle, y además desayunan cerveza (y deben de ser todos extranjeros, porque nnno she lesh ennnntiennnndde nada, hablan muy wrawro). La cosa es, volviendo al origen, que después de dos semanas con esta nueva temporada de envíos, no sé cómo seguir. Hasta que esta mañana he leído en Proverbia.net:
«La sabiduría consiste en saber cuál es el siguiente paso; la virtud, en llevarlo a cabo» (David Starr Jordan).
Según Proverbia.net, este señor es estadounidense, murió en 1931 y es (era, mejor) educador e ictiólogo.
Pues el caso es que da que pensar este señor. Porque si saber cuál es el siguiente paso es de sabios, y de virtuosos el darlo, los que caminamos en la vida a trompicones, no somos ni sabios ni virtuosos; y tampoco los que caminamos según nos va, o por inercia, o porque no hay más tutía, o porque tenemos una hipoteca que pagar, o porque tenemos (tranquilos, no es mi caso, creo) hijos que mantener, o porque nos han dicho que vayamos por ahí, que por el otro lado no se puede, y además nos lo hemos creído.
Es decir, que según este educador de peces, hay muy pocos sabios, y menos aún virtuosos, en el mundo. No sé vosotros, pero yo creo que este señor se está pasando un pelín en sus exigencias. Vosotros diréis. Yo, de momento, para no equivocarme, me voy a pasar toda la mañana sentado delante del ordenador, sin moverme ni dar un solo paso, y así no me equivoco…
Hoy venía pensando que no sabía qué deciros, pues ni siquiera me ha pasado esta semana nada relevante digno de mención. Lo único que me ha llamado la atención en toda la semana es la cantidad de gente que los viernes por la mañana temprano, cuando yo salgo de casa en dirección al cráter de metro-sauna en la Glorieta de Bilbao, está desayunando en la calle, y además desayunan cerveza (y deben de ser todos extranjeros, porque nnno she lesh ennnntiennnndde nada, hablan muy wrawro). La cosa es, volviendo al origen, que después de dos semanas con esta nueva temporada de envíos, no sé cómo seguir. Hasta que esta mañana he leído en Proverbia.net:
«La sabiduría consiste en saber cuál es el siguiente paso; la virtud, en llevarlo a cabo» (David Starr Jordan).
Según Proverbia.net, este señor es estadounidense, murió en 1931 y es (era, mejor) educador e ictiólogo.
Pues el caso es que da que pensar este señor. Porque si saber cuál es el siguiente paso es de sabios, y de virtuosos el darlo, los que caminamos en la vida a trompicones, no somos ni sabios ni virtuosos; y tampoco los que caminamos según nos va, o por inercia, o porque no hay más tutía, o porque tenemos una hipoteca que pagar, o porque tenemos (tranquilos, no es mi caso, creo) hijos que mantener, o porque nos han dicho que vayamos por ahí, que por el otro lado no se puede, y además nos lo hemos creído.
Es decir, que según este educador de peces, hay muy pocos sabios, y menos aún virtuosos, en el mundo. No sé vosotros, pero yo creo que este señor se está pasando un pelín en sus exigencias. Vosotros diréis. Yo, de momento, para no equivocarme, me voy a pasar toda la mañana sentado delante del ordenador, sin moverme ni dar un solo paso, y así no me equivoco…
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