Un buen amigo me envió este poema para completar la frase-cita incompleta del viernes pasado. Agradecido le quedo.
«Dios es poderoso.
¿Hay alguien entre nosotros que vaya caminando
al atardecer de su vida y tema la muerte?
¿Por qué ese temor?
Dios es poderoso.
¿Hay alguien entre nosotros
que esté desesperado
por la muerte de un ser querido?
¿Por qué desesperar?
Que venga lo que quiera.
Dios es poderoso.
Aunque nuestros días sean oscuros,
y nuestras noches más tenebrosas
que mil medianoches,
queremos pensar siempre en que
en el mundo hay una gran fuerza
que bendice y que se llama Dios.
Dios puede abrir caminos de un callejón sin salida.
Quiero transformar el ayer oscuro
en un claro mañana;
en la mañana luminosa de la eternidad».
«Dios es poderoso.
¿Hay alguien entre nosotros que vaya caminando
al atardecer de su vida y tema la muerte?
¿Por qué ese temor?
Dios es poderoso.
¿Hay alguien entre nosotros
que esté desesperado
por la muerte de un ser querido?
¿Por qué desesperar?
Que venga lo que quiera.
Dios es poderoso.
Aunque nuestros días sean oscuros,
y nuestras noches más tenebrosas
que mil medianoches,
queremos pensar siempre en que
en el mundo hay una gran fuerza
que bendice y que se llama Dios.
Dios puede abrir caminos de un callejón sin salida.
Quiero transformar el ayer oscuro
en un claro mañana;
en la mañana luminosa de la eternidad».
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