Rafael Alfaro, salesiano, poeta, acaba de obtener el premio Fernando Rielo de poesía mística. En homenaje reconocido a su obra, magnífica, traigo a mi blog un poema suyo, que ya recogí en Mi Agenda 2006:
Tu Espíritu, Señor, envíanos
tu Espíritu.
Es la presencia de tu Espíritu
la que tremola en todas las criaturas
banderas de alegría.
Aquí entrena su gracia el ruiseñor.
No es un entrenamiento: ¡es ya el prodigio
de la celebración
el aire de su canto!
Aquí estalla el regalo de estas flores:
¡Ah, si pudieras contemplar las manos
ocultas, que lo traen a tus ojos.
¿Y el infinito fuego artificial
de esta noche? ¡Que tiemble el corazón
de dicha! ¡Que la fiesta ya ha empezado!
Tu Espíritu, Señor,
tremola en nuestros ojos
páginas de alegría.
Tu Espíritu, Señor, envíanos
tu Espíritu.
Es la presencia de tu Espíritu
la que tremola en todas las criaturas
banderas de alegría.
Aquí entrena su gracia el ruiseñor.
No es un entrenamiento: ¡es ya el prodigio
de la celebración
el aire de su canto!
Aquí estalla el regalo de estas flores:
¡Ah, si pudieras contemplar las manos
ocultas, que lo traen a tus ojos.
¿Y el infinito fuego artificial
de esta noche? ¡Que tiemble el corazón
de dicha! ¡Que la fiesta ya ha empezado!
Tu Espíritu, Señor,
tremola en nuestros ojos
páginas de alegría.
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