Ir al contenido principal

Un pensamiento de Jean de La Bruyère

Buenos días, queridos amigos.

Hoy vamos a hacer un ejercicio de sencillez. Para empezar, intentaremos suavizar el vocabulario y no enredar con la sintaxis. Para mí es difícil, pero he de intentarlo. La razón de este intento la da la frase de la semana:

«Hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja» (Jean de La Bruyère).

La verdad y la sencillez, ¿casan o no casan en la vida? Sinceramente, creo que sí, que no sólo casan, sino, como dicen los gastrónomos, maridan (¿por qué no se dirá mujeran, o esposan, o conyugan?). Porque la verdad, la Verdad, con mayúsculas, es sencilla, requiere sencillez.

Acudamos a la RAE: sencillo es lo que no tiene artificio ni composición, lo que carece de ostentación y adornos, lo que carece de exornación y artificio, y expresa ingenua y naturalmente los conceptos, lo que no ofrece dificultad, [la persona] natural, espontánea, que obra con llaneza, que es incauta y fácil de engañar, que es ingenua en el trato, no tiene doblez ni engaño y dice lo que siente.

No me digáis que la Verdad no casa con todas estas acepciones. La verdad, como la poesía, como el amor, son sencillos, son más hermosos cuando son puros, desnudos, cuando carecen de artificios, cuando son espontáneos y naturales, cuando no tienen doblez. Bruyère, pues, se ha quedado corto en su observación: no es que haya situaciones en la vida en las que verdad y sencillez formen la mejor pareja; siempre lo son. Lo que ocurre es que hay muchas situaciones en la vida en las que la complicación, la mentira, la falsedad, el artificio, la ostentación y la vanagloria, el adorno fatuo, la complejidad conceptual, la ignorancia, la aparatosidad, el engaño, y otras añagazas entran en la vida y lo complican todo.

Seamos, pues, sencillos y veraces, y nuestra vida se verá recompensada de manera feraz.

No sé si me ha quedado muy sencillo, la verdad.

Y otro día volveremos sobre las diferentes maneras de referirnos al verbo casar (maridar, esposar, conyugar, uncir, mujerar…).

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un pensamiento de Arthur Schopenhauer

Buenos días, queridos amigos. La semana ha sido intensa, amén de tensa. La crispación ha estado rondándome a diario, mañana, tarde y, sobre todo, noche en forma de contracturas, carencia de relajación muscular (¿pero, de verdad tengo músculos?, no sabía) y dificultad de conciliar el sueño. Factores varios han hecho posible tal convergencia de calamidades sobre mi cuello. El menos importante, quizá, es el que va a dar pie a la reflexión de hoy, debido a que ha sido recurrente hasta alcanzar un elevado grado de pesor. Me explico: veo poco la televisión, pero cuando lo hago, aunque no quiera, aparece cierto personaje femenino, con cara de arenque ahumado pasado de fecha y un carácter que nunca ha conocido virtud alguna, lanzando burdeces por su orificio bucal. Y mi pregunta siempre ha sido: ¿qué tiene esta tipa para salir a todas horas, todos los días, en todos los programas y revistas de zafiedad (antes sociedad)? Una respuesta podría ser «dinero y desvergüenza», y quizá esa sea la respu

Si amas a Dios, de Amado Nervo

Este es uno de los más hermosos poemas en prosa de Amado Nervo; pertenece a su obra Plenitud. Si amas a Dios, en ninguna parte has de sentirte extranjero, porque Él estará en todas las regiones, en lo mas dulce de todos los paisajes, en el limite indeciso de todos lo horizontes. Si amas a Dios, en ninguna parte estarás triste, porque, a pesar de la diaria tragedia Él llena de jubilo el Universo. Si amas a Dios, no tendrás miedo de nada ni de nadie, porque nada puedes perder y todas las fuerzas del cosmos, serían impotentes para quitarte tu heredad. Si amas a Dios, ya tienes alta ocupación para todos los instantes, porque no habrá acto que no ejecutes en su nombre, ni el mas humilde ni el mas elevado. Si amas a Dios, ya no querrás investigar los enigmas, porque lo llevas a Él, que es la clave y resolución de todos. Si amas a Dios, ya no podrás establecer con angustia una diferencia entre la vida y la muerte, porque en Él estás y Él permanece incólume a través de todos los cambios.

Un pensamiento de Aristóteles

Buenos días, queridos amigos. No tengo hoy demasiadas ganas de pensar, espero que sepáis perdonarme. Así que me he enganchado al envío diario de Proverbia.net y he agarrado la primera frase que he visto, que responde a la categoría de «sueños» (un día hablaremos de cómo en Proverbia.net clasifican las frases según temas y categorías de una forma que a veces me resulta aleatoria: «Dios te lo pague», un suponer, lo clasificarían en «Dios», lógicamente, pero tampoco sería nada raro que apareciera en «paga», «sueldo», o «retribución»). Y aunque la frase-cita no habla más que de un tipo de sueños, y yo estoy ahora más cerca de las pesadillas o del insomnio que del onírico placer o de la eternidad de la ensoñación, he apuntado la frase, a ver qué sacamos de ella. «Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo» (Aristóteles). Ya digo que no tengo muchas ganas de pensar. Y para quien no desea p