¡Ya tengo logotipo!
Eso es lo que podría deducirse del sello que me regalaron este fin de semana.
Comoquiera que yo enlazo la casualidad con la voluntad de Dios y también con la capacidad de raciocinio del ser humano, no creo que el hecho de que un servidor lleve meses pensando en crear su propio ex libris y este regalo estén encadenados sólo por el azar.
Si llevo años dedicado a la organización de una biblioteca y manejando un programa informático de gestión de bibliotecas y los códigos numéricos de la CDU (Clasificación Decimal Universal), si siempre he dedicado tiempo a ordenar mis propios libros y colocarlos cuidadosamente en las estanterías disponibles, siempre escasas de espacio, si llevo ya varios años remitiendo pensamientos de autores ilustres con mi peculiar comentario a muchos amigos míos, hasta el punto de que llegué a generar este blog, el hecho de que ahora haya llegado a mis manos el ex libris imaginado, y que sea precisamente la figura del Pensador la que lo acompaña, no es, creo yo, mera casualidad.
Más que azar es, desde luego, que el que aquí presento sea, a partir de ahora, el ex libris que vaya a identificar mi biblioteca particular.

Eso es lo que podría deducirse del sello que me regalaron este fin de semana.
Comoquiera que yo enlazo la casualidad con la voluntad de Dios y también con la capacidad de raciocinio del ser humano, no creo que el hecho de que un servidor lleve meses pensando en crear su propio ex libris y este regalo estén encadenados sólo por el azar.
Si llevo años dedicado a la organización de una biblioteca y manejando un programa informático de gestión de bibliotecas y los códigos numéricos de la CDU (Clasificación Decimal Universal), si siempre he dedicado tiempo a ordenar mis propios libros y colocarlos cuidadosamente en las estanterías disponibles, siempre escasas de espacio, si llevo ya varios años remitiendo pensamientos de autores ilustres con mi peculiar comentario a muchos amigos míos, hasta el punto de que llegué a generar este blog, el hecho de que ahora haya llegado a mis manos el ex libris imaginado, y que sea precisamente la figura del Pensador la que lo acompaña, no es, creo yo, mera casualidad.
Más que azar es, desde luego, que el que aquí presento sea, a partir de ahora, el ex libris que vaya a identificar mi biblioteca particular.

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