Hola, corazones, feliz año a todos.
Haciendo limpieza en la bandeja de entrada de mi correo, mientras copiaba a mi archivo personal todos los envíos interesantes de Proverbia.net, encontré una frase-cita de un tal Voltaire que me pareció adecuada para comenzar el año, si comenzar el año supone también comenzar una nueva etapa en este mi envío semanal de despropósitos. Propongo, pues, una reflexión sobre la propia naturaleza de este espacio, una vuelta al ombligo para luego volver a mirar hacia delante y caminar con el paso renovado. O no. Veamos:
«Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males» (Voltaire).
Si hemos de hacer caso a este señor que le da la vuelta al aire (ah, ¿no es eso lo que significa Voltaire, o volt aire, así, leído a la francesa?), lo que semana tras semana he ido acumulando en mi ordenador, en muchas bandejas de correo y desde hace ya algún tiempo en el blog no es más que una botica anímico-espiritual. Vamos, que como si fuera un sacerdote, o un psicólogo, o una especie de escritor de esos que todo el mundo lee porque dice cosas muy bonitas que puede que sean verdad pero que son como edulcoraciones de la realidad, o repeticiones de las Moradas de santa Teresa, pero revestidas en un tono más New Age. Y no es esa mi intención, no.
La verdad es que ni siquiera sé muy bien qué cosa busco con esto, pero sí estoy seguro de que no tengo ninguna pretensión de curar a nadie de nada, ni de aconsejar a nadie nada; a lo sumo, si recomiendo algo, es pensar, pensar y querer. Nada más. Si esta colección de pensamientos que he ido generando, que viene de mi afición/trabajo como recopilador para las agendas San Pablo, puede ayudar alguna vez a alguien, estoy convencido de que no es por mi mérito, sino por las frase-citas en sí, es decir, que no es el compilador el que importa, sino la materia por él recogida.
Dicho esto, también he de decir que me halaga sobremanera que el mismo Voltaire considere que coleccionar frases y pensamientos, como yo lo hago, puede ser tarea de boticario, de persona dispuesta a auxiliar a quien se siente mal, ofreciéndole el remedio adecuado. Pero el halago es, desde mi punto de vista (y bajo mi punto de vista, y sobre mi punto de vista, y a la derecha de mi punto de vista, y a la izquierda de mi punto de vista, y al lado de mi punto de vista, y enfrente de mi punto de vista, y ante mi punto de vista, y tras mi punto de vista), se mire como se mire, exagerado e inmerecido.
Seguiré coleccionando frase-citas, y comentándolas, porque me divierte y porque me viene bien para el trabajo, pero la responsabilidad del boticario, médico, enfermero, psicólogo, sacerdote, confesor, director espiritual, mentor, tutor, guru, etc., es decir, la responsabilidad del profesional (o del aficionado) de la salud física, anímica, psíquica o espiritual, me queda demasiado grande para aceptar revestirme de ella. Gracias, monsieur Voltaire, mais je peux pas l’accepter.
Haciendo limpieza en la bandeja de entrada de mi correo, mientras copiaba a mi archivo personal todos los envíos interesantes de Proverbia.net, encontré una frase-cita de un tal Voltaire que me pareció adecuada para comenzar el año, si comenzar el año supone también comenzar una nueva etapa en este mi envío semanal de despropósitos. Propongo, pues, una reflexión sobre la propia naturaleza de este espacio, una vuelta al ombligo para luego volver a mirar hacia delante y caminar con el paso renovado. O no. Veamos:
«Una colección de pensamientos debe ser una farmacia donde se encuentra remedio a todos los males» (Voltaire).
Si hemos de hacer caso a este señor que le da la vuelta al aire (ah, ¿no es eso lo que significa Voltaire, o volt aire, así, leído a la francesa?), lo que semana tras semana he ido acumulando en mi ordenador, en muchas bandejas de correo y desde hace ya algún tiempo en el blog no es más que una botica anímico-espiritual. Vamos, que como si fuera un sacerdote, o un psicólogo, o una especie de escritor de esos que todo el mundo lee porque dice cosas muy bonitas que puede que sean verdad pero que son como edulcoraciones de la realidad, o repeticiones de las Moradas de santa Teresa, pero revestidas en un tono más New Age. Y no es esa mi intención, no.
La verdad es que ni siquiera sé muy bien qué cosa busco con esto, pero sí estoy seguro de que no tengo ninguna pretensión de curar a nadie de nada, ni de aconsejar a nadie nada; a lo sumo, si recomiendo algo, es pensar, pensar y querer. Nada más. Si esta colección de pensamientos que he ido generando, que viene de mi afición/trabajo como recopilador para las agendas San Pablo, puede ayudar alguna vez a alguien, estoy convencido de que no es por mi mérito, sino por las frase-citas en sí, es decir, que no es el compilador el que importa, sino la materia por él recogida.
Dicho esto, también he de decir que me halaga sobremanera que el mismo Voltaire considere que coleccionar frases y pensamientos, como yo lo hago, puede ser tarea de boticario, de persona dispuesta a auxiliar a quien se siente mal, ofreciéndole el remedio adecuado. Pero el halago es, desde mi punto de vista (y bajo mi punto de vista, y sobre mi punto de vista, y a la derecha de mi punto de vista, y a la izquierda de mi punto de vista, y al lado de mi punto de vista, y enfrente de mi punto de vista, y ante mi punto de vista, y tras mi punto de vista), se mire como se mire, exagerado e inmerecido.
Seguiré coleccionando frase-citas, y comentándolas, porque me divierte y porque me viene bien para el trabajo, pero la responsabilidad del boticario, médico, enfermero, psicólogo, sacerdote, confesor, director espiritual, mentor, tutor, guru, etc., es decir, la responsabilidad del profesional (o del aficionado) de la salud física, anímica, psíquica o espiritual, me queda demasiado grande para aceptar revestirme de ella. Gracias, monsieur Voltaire, mais je peux pas l’accepter.
Comentarios
Quizá no quieras ser boticario de recetas espirituales. Lo que haces se parece más a un herbolario, dónde las frases cita son como plantas que se clasifican y guardan para su revisión o consulta.
La palabra clave es, commo no posía ser menos, relevante al comentario: stord que recuerda a la palabra inglesa "stored", almacenado, guardado, coleccionado.
Desde Uruguay, muy lejos de allí,mis votos para que continúes.
Exitos