Morir nos sienta fatal es el título de la de momento última obra de la periodista Mª Ángeles López Romero. Un libro que aborda desde diversas perspectivas un tema difícil del que siempre parecemos huir, o en palabras de la López, que eludimos «convencidos de que si no la nombramos conjuramos su presencia». Aunque no he leído el libro, y quizá tarde en leerlo, ya que no es este momento de mi vida el más adecuado para entrar en el tema, estoy convencido, mejor, sé fehacientemente que es un libro muy interesante, muy enriquecedor. No puede ser de otra manera.
Ayer presentamos el libro. Y vino Belén Rueda, bellísima, pacientísima, exquisita. Todos los humanos somos iguales, y cuando llega alguien famoso a nuestro entorno nos hacemos babas por tener una foto con él/ella, y me incluyo. Ahí, en la manera en que ese alguien famoso responde al requerimiento constante de fotos y tonterías varias, es donde se ve la calidad humana de la persona famosa en cuestión, y desde luego Belén Rueda ha sacado matrícula de honor (pero no se trata de un examen, eh?). Aparte de ser bella, es educada, amable, simpática y muy paciente. Y además hizo una intervención inteligente, implicada, sólida y además breve al presentar el libro. Lo que la honra doblemente. Quedo, pues, en deuda permanente con ella.
Me pasó, además, algo curioso que aún no he logrado solucionar: uno de los coautores del libro es un cirujano, Antonio González-Garzón. Ambos estuvimos hablando porque estamos absolutamente seguros de que nos conocemos de hace tiempo, pero ninguno fue capaz de dar con el lugar y el momento en que estuvimos en contacto. Y eso que hicimos un repaso bastante exhaustivo a nuestras espectivas existencias.
En el acto me tocó hacer de fotógrafo, y mi poca pericia ha dado escasos resultados, por desgracia, con lo interesantes que eran todos los retratables. Y de cronista, crónica que puede leerse en el blog de la empresa. Y logré, también, tener mi foto con Belén Rueda, y también una con las 21 chicas, o las chicas 21 (las chicas de la revista 21: Mª Ángeles López Romero y Silvia Melero).
En definitiva, que me lo pasé muy bien ejerciendo de rana Gustavo en versión gráfico con gente interesante alrededor. A pesar del cansancio que llevaba encima, y del que he acumulado con este extra. Ha merecido la pena. Y cuando lea el libro, volveré sobre él. Sólo un apunte, una frase que pertenece a uno de los testimonios del libro que Mª Ángeles nos relató ayer. Se trata de la frase que una niña dirige a su abuela, enferma en cama: «Abuela, qué suerte que todo lo que has trabajado por los demás ahora ellos lo van a hacer por ti, ahora te vamos a cuidar y a tener limpia y guapa».
Ayer presentamos el libro. Y vino Belén Rueda, bellísima, pacientísima, exquisita. Todos los humanos somos iguales, y cuando llega alguien famoso a nuestro entorno nos hacemos babas por tener una foto con él/ella, y me incluyo. Ahí, en la manera en que ese alguien famoso responde al requerimiento constante de fotos y tonterías varias, es donde se ve la calidad humana de la persona famosa en cuestión, y desde luego Belén Rueda ha sacado matrícula de honor (pero no se trata de un examen, eh?). Aparte de ser bella, es educada, amable, simpática y muy paciente. Y además hizo una intervención inteligente, implicada, sólida y además breve al presentar el libro. Lo que la honra doblemente. Quedo, pues, en deuda permanente con ella.
Me pasó, además, algo curioso que aún no he logrado solucionar: uno de los coautores del libro es un cirujano, Antonio González-Garzón. Ambos estuvimos hablando porque estamos absolutamente seguros de que nos conocemos de hace tiempo, pero ninguno fue capaz de dar con el lugar y el momento en que estuvimos en contacto. Y eso que hicimos un repaso bastante exhaustivo a nuestras espectivas existencias.
En el acto me tocó hacer de fotógrafo, y mi poca pericia ha dado escasos resultados, por desgracia, con lo interesantes que eran todos los retratables. Y de cronista, crónica que puede leerse en el blog de la empresa. Y logré, también, tener mi foto con Belén Rueda, y también una con las 21 chicas, o las chicas 21 (las chicas de la revista 21: Mª Ángeles López Romero y Silvia Melero).
En definitiva, que me lo pasé muy bien ejerciendo de rana Gustavo en versión gráfico con gente interesante alrededor. A pesar del cansancio que llevaba encima, y del que he acumulado con este extra. Ha merecido la pena. Y cuando lea el libro, volveré sobre él. Sólo un apunte, una frase que pertenece a uno de los testimonios del libro que Mª Ángeles nos relató ayer. Se trata de la frase que una niña dirige a su abuela, enferma en cama: «Abuela, qué suerte que todo lo que has trabajado por los demás ahora ellos lo van a hacer por ti, ahora te vamos a cuidar y a tener limpia y guapa».
Con Mª Ángeles López Romero y Silvia Melero (el borroso soy yo).

Con Belén Rueda, bellísima a pesar de estar a mi lado.
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