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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Una de principios

Buenos días Voy a cambiar esta semana mi método. En lugar de hacer una introducción, proponer una frase-cita y comentarla con más o menos acierto e inteligencia, quiero en esta ocasión partir de una palabra, y a partir de ella proponer no una, sino varias frase-citas de varios autores y no uno, sino varios comentarios, espero que más breves, que no deseo aburrir a las dos o tres lectoras que me quedan, como decía siempre en sus artículos Juan Manuel de Prada . Como no quiero liarme, voy a comenzar por el principio, mejor dicho, por los principios. Al principio Dios creó el cielo y la tierra… Lo inmaterial y lo material. Y lo material hizo un ruido gordo y comenzó a crecer, a modificarse, a expandirse. Luego llegó un momento en que, de repente, lo inmaterial se mezcló con lo material, y aparecieron unos seres animales que adquirieron un sentido que antes no tenían: el sentido de la belleza, el sentido musical, la creatividad expresiva. La escala pentatónica. Y comenzaron a pre

Un pensamiento de José Antonio Pagola

Buenos días Estoy en una situación anímica rara, complicada. No tengo fuerzas, de verdad lo digo, para sobrellevar, como sí he hecho en otras ocasiones, tanatorios y funerales. No tengo fuerzas para ver cómo se van rompiendo las cadenas, mejor, los hilos, que mantienen unidas a las personas con su historia, con su familia, con sus progenitores. Llevo mucho tiempo pensando, y este verano lo he comentado en varias ocasiones, algo que me dijo hace tiempo un amigo cuando murió no recuerdo bien si su padre o su madre, años después de que hubiera fallecido su otro progenitor: “Cuando se muere tu padre (o tu madre) sufres, pero tienes al otro. Cuando se te muere el segundo, te quedas solo, por muy casado que estés, muchos hijos que tengas, por muchas amistades que te rodeen, por mucha fe que te sostenga. Te quedas solo, porque pierdes la conexión con tu historia”. Tela… Esta semana ha fallecido la madre de un amigo (así lo estimo, y muchos otros amigos míos lo tienen muy cerca de

Un pensamiento de Ryszard Kapuscinski

Ayer mismo parece que fue cuando decía, abrumado por las terribles noticias llegadas de todos los allendes imaginables, que lo único que me queda por hacer es llorar y rezar. Y en esas hemos de seguir, pues las noticias siguen siendo las mismas o peores: guerras, persecuciones, masacres, asesinatos, violaciones, esclavitudes, devastaciones… Casi parece que dé igual hacia dónde mirar. Nos enteramos aunque a veces no quisiéramos enterarnos, y no siempre parece importarnos, aunque es más un callo protector que una indiferencia real. Nos lo cuentan los mismos periodistas a los que también matan, los mismos periodistas a los que también intentan hacer callar, los mismos periodistas a los que, a veces, otorgan un reconocimiento. O a los que despiden, para contratar a otros que no son tan periodistas... No tengo hoy tiempo para hacer una reflexión sistemática, o al menos mínimamente ordenada, sobre los últimos acontecimientos violentos que están llenando (o no) las páginas de los peri