Buenos días, queridos amigos. Bienvenidos al último Pensa antes de que comiencen las anheladas (an-, prefijo negativo, heladas, gélidas, frías) vacaciones veraniegas.
Como hoy es el último, la frase-cita va dedicada a todos vosotros.
«Tú santificas todo aquello que eres capaz de agradecer» (Anthony de Mello).
Pues efectivamente, queridos amigos. Quiero daros las gracias, de veras, por aguantar el tirón y leeros este bodrio semanal durante todo el año. Gracias por contestar, y gracias por hacerlo siempre de buenas, sin contrariar a nadie, sino, más bien, con una amabilidad desbordante y cordial. Gracias también por no haber contestado a aquellas cuestiones que os han parecido molestas, incómodas, contradictorias, difíciles. Gracias por vuestros ánimos para seguir adelante. Gracias por las informaciones que me habéis hecho llegar, sin las cuales, en ocasiones, no hubiera podido rellenar la mitad de estos folios semanales. Gracias por lo bien que me habéis tratado siempre, cuando os he visto, e incluso cuando no os he visto (que es lo más frecuente, no porque yo sea invisible, sino porque cada vez es más difícil para todos sacar momentos comunes), que sé de buena tinta que no es habitual que ninguno de nosotros hablemos mal unos de otros. Eso, precisamente, es mayor motivo de agradecimiento: gracias por vuestra bondad, gracias por vuestra amabilidad, gracias por vuestra amistad.
Suena a despedida, ¿verdad? He ahí.
Pues no. La despedida la pone hoy la frase que acabo de recibir vía Proverbia.net:
«Lo mejor que podemos hacer en favor de quienes nos aman es seguir siendo felices» (Alain, filósofo y ensayista francés).
Comentarios