La otra tarde atravesé Madrid en autobús dos veces (ida y vuelta) y tardé mucho más de lo habitual. Casi no me había enterado de lo que pasaba, y la verdad, en los horarios en que hice mi travesía lo único raro eran las calles cortadas y un exceso de nostalgia entelada. Mucha gente de compras, qué mucha, muchísima, subía y bajaba Goya y Alcalá, y entraba en las tiendas y salía, después de haber comprado o sólo mirado. Predominaban, como siempre, las bolsas de las tiendas más económicas, pero de todo había... Y mucha nostalgia entelada... A mí me han enseñado, porque lo he leído, lo he oído y lo he vivido, que no es cierto que cualquier tiempo pasado fuera mejor, aunque es una tentación recurrente cuando lo presente no nos gusta y le tenemos cierta prevención al futuro, siempre incierto. Soy más de la opinión de que estamos en lo mejor de lo que nos queda y de que el futuro lo tenemos que construir apoyados en el presente y con una conciencia clara de cómo fue nuestro pasado. ...
Nacido para ofercer un Pensamiento para cada semana, con un comentario personal, diferente, quizá original, no renuncio a que vuelva a su ser. De momento, será una colección de textos y vuelcos personales de todo tipo.