Mª Ángeles López Romero es una magnífica periodista que a su calidad profesional une otras cualidades que la convierten en un ser excepcional: es una mujer que no teme a los riesgos, o que los afronta con valentía (ser madre de tres hijos hoy día, o haber fundado una empresa periodística son sólo dos muestras de lo que digo), tiene toda la simpatía y el buen humor de una sevillana y es una mujer guapa, con una belleza amable que te hace sentir cómodo. Además de todos estos elogios que le dedico, y además de compartir profesión con ella (aunque ella la ejerce en "medio" y yo, a lo sumo, en "fuente"), lo que me tiene encandilado de ella es que compartimos devoción y admiración por una película, Molokai (véase el vídeo conmemorativo de su cincuentenario en http://www.molokai50.com/), y por el santo en cuya vida se basa la película.
Pues bien, Mª Ángeles ha escrito un fantástico libro que se llama Papás blandiblup y que habla de los padres y madres de ahora, esos que todavía dependen del tupperware de su madre y serían casi capaces de pegar al árbitro si expulsara a su hijo de un partido de fútbol en el cole, esos que inflan a los níños de regalos e incumplen sistemáticamente los castigos, esos padres y madres que son como aquel juguete asqueroso que teníamos antaño: el blandiblup. Un libro francamente recomendable. Yo, desde luego, pienso regalarlo...
Pues bien, ayer se presentó Papás blandiblup en la sede de la editorial. Yallí estaba yo, claro, junto con todos mis compañeros, haciendo equipo (buen equipo) para que todo funcionara a la perfección. Como así fue. A mí me correspondió el honor de recibir a la invitada especial a este acto, Anne Igartiburu, y también entregarle luego un ramo de flores que previamente había encargado, que por cierto, casi olvida (tuve que salir corriendo detrás de ella con el ramo en la mano, como en un anuncio de colonia en campaña de Navidad...). Debo decir que la televisión no le hace justicia, y que es una persona amable y atenta, encantadora y bella.
El día de ayer fue una jornada agotadora, pero que ha merecido la pena, sin duda. Da gusto ver los resultados.


Pues bien, Mª Ángeles ha escrito un fantástico libro que se llama Papás blandiblup y que habla de los padres y madres de ahora, esos que todavía dependen del tupperware de su madre y serían casi capaces de pegar al árbitro si expulsara a su hijo de un partido de fútbol en el cole, esos que inflan a los níños de regalos e incumplen sistemáticamente los castigos, esos padres y madres que son como aquel juguete asqueroso que teníamos antaño: el blandiblup. Un libro francamente recomendable. Yo, desde luego, pienso regalarlo...
Pues bien, ayer se presentó Papás blandiblup en la sede de la editorial. Yallí estaba yo, claro, junto con todos mis compañeros, haciendo equipo (buen equipo) para que todo funcionara a la perfección. Como así fue. A mí me correspondió el honor de recibir a la invitada especial a este acto, Anne Igartiburu, y también entregarle luego un ramo de flores que previamente había encargado, que por cierto, casi olvida (tuve que salir corriendo detrás de ella con el ramo en la mano, como en un anuncio de colonia en campaña de Navidad...). Debo decir que la televisión no le hace justicia, y que es una persona amable y atenta, encantadora y bella.
El día de ayer fue una jornada agotadora, pero que ha merecido la pena, sin duda. Da gusto ver los resultados.

Entregándole un ramo de flores a Anne Igartiburu.

Comentarios
Mañana también tengo día de asuntos propios así que me salto otro pensa. Te leeré el domingo. Besos
Angel tiene razón muy aparente en las fotos.
Besitos, Ana.