- Hoy es el mejor momento para empezar de nuevo a valorar nuestro pasado como una guía para el futuro.
- Hoy es el mejor momento para recordar que los santos sólo fueron pecadores que continuaron siempre intentando ser mejores.
- Hoy es el momento de arrojar viejos resentimientos, miedos y rencores en la papelera de la vida, el momento de extender ampliamente nuestro espíritu.
- Hoy es el momento de desempolvar los sueños y dar, de nuevo, brillo a los ideales, a las utopías.
- Hoy es el momento de dar vida a nuestro tiempo.
- Hoy es el momento de comenzar a ser lo que somos y llegar a ser lo que somos capaces de ser.
Hola, corazones. Me gusta la gente que cuando recibe la noticia de que se le ha concedido un premio, muestra su alegría, su sorpresa y su satisfacción por partes iguales, sin ese extraño temor a que te critiquen, sin ese esnobismo de intelectual progre o simplemente rarito que ha motivado que muchos otros hayan aceptado el premio profiriendo previamente alguna grosera boutade . Olé, pues, por Mario Vargas Llosa , que exulta. Con los Nobel me suele ocurrir, además, que mis vírgenes oídos en el vasto territorio de la literatura mundial jamás hayan oído pronunciar el nombre del ganador (Hertas, Jelineks, Koetzees o como se llamen han sido para mí absolutamente ajenos), o que, incluso habiendo leído alguna excelente obra del premiado, su persona me caiga redonda, gorda o rematadamente mal (si digo sus nombres, alguno me crucificará, pero si son excelentes La colmena o La balsa de piedra , por ejemplo, no lo son tanto los gases de cuerpo y mente que en ocasiones sus autores han desprendido...
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